El Perro de Groenlandia es una de las razas más antiguas que existe. Originariamente fueron utilizados por los esquimales como perros de caza y de transporte en regiones de Groenlandia. Son muy efectivos en la caza de la foca y la ballena, y tirando de trineos, de ahí su actual complexión fuerte y su disposición al ejercicio y al trabajo. Se trata de un perro que no es apto para todo el mundo, y mucho menos para vivir en espacios cerrados.
El aspecto del Perro de Groenlandia es muy parecido al del Husky Siberiano y el Alaskan Malamute, ya que son razas que comparten genética. Su pelaje también cuenta con dos capas, que pueden cambiar según el clima en el que vivan. Se adaptan muy bien a los climas fríos, pero no les gusta el agua ni la humedad. Sus huesos y músculos son fuertes pero ágiles, con un caminar ligero y rápido. Sus colores pueden ser el canela, castaño, blanco o negro. Además, como otros nórdicos, no ladra sino que aúlla. Esta es una característica muy interesante, que despierta la curiosidad de muchos.
El carácter del Perro de Groenlandia es también muy nórdico. Esto quiere decir que cuentan con un desapego especial por todo el mundo. Hay que adiestrarlos desde pequeños y acostumbrarlos a la compañía, o se volverán todavía más independientes. Son amigables y nada agresivos, con familiares y extraños, por lo que no sirven como perros de guarda. También cuentan con una gran energía, inteligencia y resistencia física y mental, por lo que es ideal para realizar trabajos o ser un perro de mushing.
Los cuidados de este perro son especiales. No se puede tener encerrado, ya que requiere un gran desgaste físico. Les gusta tirar de un trineo y cazar de forma natural, por lo que no serán felices en un piso. Por otro lado, el cepillado ha de ser constante, para que las capas de pelo no se acumulen. Por lo demás, son perros fuertes y resistentes, que durarán mucho junto a su amo, si ha sabido educarlo correctamente.
Más información – Perros nórdicos: diferencias entre el Husky Siberiano y el Alaskan Malamute
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