A lo largo de la vida de un perro, su salud puede debilitarse alguna que otra vez. Esto es algo completamente normal: por mucho que lo intentemos, no podremos protegerlo al 100% de todos los microorganismos que pueden afectarle.
Cuando eso pasa, puede perder el apetito, lo cual es un problema que empeora la situación. Por eso, te vamos a explicar cómo administrar arroz inflado en la dieta de tu perro.
¿Qué es el arroz inflado?
El arroz inflado es un producto natural al que se le ha quitado el almidón, algo que está muy bien saber pues el almidón suele causar alergias alimentarias a los perros al no poder digerirlos correctamente. Cuando nuestro amigo ha perdido el apetito o ya no come tanto como antes por ser mayor o por estar enfermo, tenemos que proporcionarle alimentos que le estimulen el hambre, que le hagan tener ganas de alimentarse, como es el caso del arroz inflado.
¿Cómo se prepara?
El modo de preparación es muy sencillo. Tan sólo hay que echar la ración recomendada en el envase del producto teniendo en cuenta el peso de nuestro perro, y agua a hervir en una olla. Lo removemos durante diez segundos, y listo. Luego sólo hay que dejarlo enfriar un poco antes de dárselo al animal, ya sea con el mismo agua y/o mezclado con su comida habitual.
¿Cómo dárselo al perro?
El arroz inflado puede ayudar mucho al perro a recuperar su salud. Pero, dependiendo de para qué queramos dárselo, podremos echar más o menos cantidad. Así, por ejemplo si:
- Está delgado: además de darle la ración de comida que le toca, le añadiremos también la ración de arroz inflado que venga recomendada en el envase.
- Está obeso: si queremos que pierda peso, lo más aconsejable es quitarle una parte de su pienso, y sustituirla por arroz inflado.
- Está enfermo y/o es mayor: en el caso de que esté perdiendo el apetito, tendremos que darle su ración de arroz inflado con pienso, a ser posible húmedo. Al tener éste más olor y sabor, estimula más el apetito del can.
¿Conocías estos usos del arroz inflado?