Cómo cuidar a un perro abandonado: guía completa, segura y responsable

  • Prioriza la seguridad: acercamiento gradual, comida/agua y contacto con autoridades si hay riesgo.
  • Identifica: chapa, QR y microchip con veterinario o Policía; activa redes y apps de animales perdidos.
  • Valora opciones: servicio municipal, protectora, acogida temporal o adopción responsable.
  • Rehabilita en casa: rutina, paseos con correa, enriquecimiento y apoyo de etólogo si es necesario.

El abandono de animales es uno de los problemas más serios a los que se enfrentan todos los países del mundo. Tanto gatos como perros sufren miedo e incertidumbre cuando son separados de lo que creían que era su hogar simplemente porque dejaron de gustar a sus familias, o porque crecieron más de lo que creían. Te vamos a explicar cómo cuidar a un perro abandonado, para que recupere la seguridad y la confianza que unos humanos le arrebataron el día que lo dejaron en la calle. Actuar con calma y método puede marcar la diferencia entre un rescate exitoso y un susto innecesario.

Así pues, te vamos a explicar cómo cuidar a un perro abandonado, para que recupere la seguridad y la confianza que unos humanos le arrebataron el día que lo dejaron en la calle. Actuar con calma y método puede marcar la diferencia entre un rescate exitoso y un susto innecesario.

Primeros pasos: cómo acercarte con seguridad

Lo primero de todo es tratar de que confíe en nosotros, ya que así evitaremos que nos muerda por miedo. Es muy importante que sepamos esto: si está en la calle lo más que sentirá es miedo. Si actuamos de una manera brusca o violenta, lo que conseguiremos es que se sienta aún más inseguro y pueda atacarnos, con el consecuente riesgo que ello supondría, pues no sabemos si está enfermo o no.

Es mucho más recomendable acercarnos poco a poco, a ser posible con comida, y sin mirarle directamente a los ojos. Si hay suerte, enseguida se acercará a ti. Ahora bien, si ves que está muy nervioso, o muestra síntomas evidentes de estar enfermo, no dudes en llamar a una protectora de animales para conseguir atraparlo.

Para aumentar las posibilidades de un acercamiento seguro, ten en cuenta estos consejos adicionales: ponte a su altura (en cuclillas), evita movimientos bruscos, habla en tono suave y, si dispones de comida, ve lanzando pequeñas porciones ligeramente alejadas de ti para que avance sin sentirse presionado. Ofrecer agua fresca puede ayudar a que se relaje. En casos complejos, una manta puede facilitar la contención; y si el entorno lo permite, un lazo improvisado con una cuerda puede ser útil, siempre con máxima prudencia.

Si el perro estuviera herido, presentara signos de agresividad o resultara inaccesible por tamaño o fuerza, contacta con la Policía Local o, en España, con la Guardia Civil (062). Ellos pueden coordinar la recogida o indicarte el protocolo del municipio.

Cómo cuidar a un perro abandonado

Identificar al perro y activar la red de ayuda

El siguiente paso será llevarlo al veterinario para que verifique si tiene microchip, en cuyo caso podría localizar al humano, y sobre todo para que lo revise. Si finalmente la persona lo rechaza, el animal estará en situación de abandono, por lo que tendrás que decidir si quieres que se convierta en tu nuevo amigo, o si por el contrario prefieres buscarle un hogar.

Antes incluso de ir a la clínica, revisa si lleva chapa identificativa en el collar: muchas incluyen teléfono o un código QR. Si el número no responde, actúa como si no tuviera chapa. También puedes esperar un tiempo prudencial en el lugar del hallazgo, preguntar a vecinos o comercios y avisar en grupos locales: no todos los perros que andan solos están abandonados.

Además de la clínica veterinaria (donde el escaneo del microchip suele ser gratuito), puedes acudir al Ayuntamiento, Policía Municipal o Guardia Civil, que suelen disponer de lector y bases de datos. Complementa con alertas en apps o plataformas de animales perdidos (por ejemplo, Wizapet) y con carteles en clínicas y tiendas cercanas.

Perro protegido

Si no tiene microchip: opciones y diferencias entre recursos

Si ningún lector detecta microchip, las autoridades o el veterinario pueden avisar al servicio municipal de recogida, que derivará al perro a un centro de protección (perrera municipal) o a una protectora, según la gestión local. La normativa de bienestar animal vigente establece que los ayuntamientos deben garantizar la recogida y atención de animales extraviados todos los días.

Conviene distinguir: las perreras municipales (centros zoosanitarios) son servicios públicos de recogida, con estancias limitadas; las protectoras son entidades sin ánimo de lucro que priorizan el bienestar y no practican la eutanasia sin motivos de salud. Muchas protectoras están saturadas, por lo que pueden solicitar casas de acogida temporales.

Si puedes implicarte, valora: hacerte cargo temporalmente mientras difundes el hallazgo; buscar una familia adoptiva; o adoptar tú mismo tras los plazos legales. Difunde con carteles, redes y webs de animales perdidos; las protectoras suelen ayudar a multiplicar el alcance.

Consejos para cuidar a un perro rescatado

Cuidados en casa y recuperación emocional

Si optas por llevártelo a casa, tendrás que ser muy paciente. Pero por lo general en muy pocos días el perro se acercará a ti buscando que le acaricies y le des cariño, especialmente si le enseñas premios para perros de vez en cuando a lo largo del día  . Establece una rutina previsible (comidas, paseos y descanso) y habilita un rincón tranquilo con cama, agua y juguetes.

No te olvides de sacarlo a pasear con correa para que explore los alrededores de su nuevo y definitivo hogar. Introduce los paseos en entornos poco estimulantes y refuerza con premios la calma. Si aparecen miedos, evita la exposición brusca y progresa de forma gradual.

Muchos perros rescatados pueden arrastrar ansiedad por separación o estrés postraumático. Ayúdales con salidas programadas (ausencias cortas y progresivas), enriquecimiento ambiental y juguetes interactivos que fomenten la autonomía. La medicación, cuando la pauta un profesional, puede ser un apoyo mientras se reeducan emociones y rutinas.

Si detectas problemas de socialización, reactividad o miedos muy marcados, consulta a un etólogo o educador canino que trabaje en positivo. Te guiará con pautas de manejo, prevención de recaídas y construcción de vínculos seguros.

El abandono es una infracción grave según la normativa vigente, con sanciones importantes. Tu intervención responsable, desde el primer acercamiento hasta la identificación, aviso a autoridades y cuidados en casa, puede transformar la vida de un perro que solo necesita una oportunidad.

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