Puede que notemos que nuestro perro se muestra desganado, que a veces vomita la comida o tiene arcadas, o que se le hincha el estómago. Son síntomas de indigestión en el perro. Las indigestiones se pueden evitar, realizando una dieta adecuada para el perro, evitando lo que le hace daño y sobre todo consiguiendo que el perro coma con tranquilidad. Esto último puede ser lo más difícil pero hay formas de evitar que el perro se indigeste.
Si vemos que nuestro perro es propenso a las indigestiones, puede ser que simplemente tenga un estómago delicado, como puede pasarle a cualquiera de nosotros. En ese caso, para evitar males mayores, debemos tener cuidado con la hora de la comida. Haremos una lista de alimentos prohibidos, ya que hay algunos que les pueden sentar realmente mal, como el chocolate o incluso los cambios bruscos en la dieta.
A la hora de comer debemos hacer que no tengan tanta ansiedad. Si es un perro ansioso por la comida, comerá muy rápido, por lo que es más probable que aparezcan las indigestiones. En este caso podemos hacer varias cosas. Sacarlo a pasear antes de comer es una buena idea, ya que el ejercicio físico lo calmará. También podemos dividir las comidas en varias tomas al día, para que no coman todo de una vez en una digestión pesada.
Hay otros métodos para que los perros coman más despacio. Si no podemos evitar su ansiedad, podemos comprar uno de los comederos trampa que tienen formas que hacen que el perro no pueda coger el pienso tan fácilmente. Esto hace que tarden más en comer y que coman más despacio, disfrutando del juego incluso. Les aportará unas mejores digestiones. Además, como pasa con nosotros, después de comer no tenemos que llevarlos a hacer deporte, sino dejarlos descansar para que hagan la digestión tranquilos.