Adoptar un perro es una gran idea, ya que no deberíamos tratar a los animales como si fuesen objetos. No obstante, si vamos a adoptar una mascota debemos pensar en si elegir un cachorro, un perro ya crecido o incluso uno senior. Todos ellos merecen una nueva oportunidad, pero en estos casos la educación que vayamos a darle puede llegar a ser diferente.
Educar a un perro adoptado no difiere mucho de educar a uno que nos hayan dado desde pequeños, sobre todo porque en muchas protectoras se pueden adoptar cachorros. Sin embargo, hay un gran número de perros adultos que necesitan una oportunidad y en estos casos ya nos enfrentamos a la educación de un perro que ha adquirido costumbres y ha forjado su carácter.
Conocer al perro adoptado
A la hora de adoptar un perro es mejor no hacerlo en un día. Las protectoras cuentan con muchos perros que necesitan un hogar, pero sin duda es importante que la mascota pueda adecuarse a su nueva casa para que no tenga que pasar el trauma de volver a la protectora. Es una decisión para toda la vida, por lo que tenemos que pensarlo bien. El mejor consejo que podemos daros es que vayáis varias veces a la protectora para conocer a los perros. Podemos tener claro que deseamos un perro joven o mayor, grande, mediano o pequeño, pero el carácter es algo que no podemos conocer en un solo momento. Muchas protectoras cuentan con programas para pasear a los perros e interactuar con ellos, o también para ser voluntarios por una temporada. Esta es la mejor forma de encontrar al perro perfecto para nuestro hogar.
Iremos conociendo el carácter de los perros, y algunos que se mostraban tímidos al principio pueden llegar a conquistarnos. Evidentemente, cuando vayamos conociéndolos, tendremos a nuestros favoritos, con los que habremos conectado de forma especial. Cuando llegue el momento de adoptar sabremos seguro quién será el perro que pasará a formar parte de la familia como un miembro más.
En caso de no poder pasar todo ese tiempo en la protectora, podemos preguntar a los cuidadores, que conocen el carácter de cada perro y nos pueden aconsejar sobre la mejor elección. Pasarse varios días por allí para conocer a los perros y dejarnos llevar por nuestro instinto también puede funcionar. En general, debemos tener en cuenta que hay perros que no viven bien en pisos y otros que no lo pasarían bien en exterior. Estos son detalles que siempre debemos tener en cuenta para elegir a nuestra mascota y que esta pueda tener la vida que realmente se merece.
Adoptar un cachorro
Si vamos a adoptar un cachorro, lo más probable es que el perro ni recuerde su paso por la protectora, por lo que difícilmente puede tener traumas o comportamientos adquiridos. Estos son los casos más fáciles, porque el perro irá forjando su carácter y su personalidad con nosotros. Como en la educación de cualquier otra mascota debemos centrarnos en el juego como método de aprendizaje y en el refuerzo positivo, enseñándole las órdenes con premios tales como caricias o chucherías para perro. Estas formas de aprendizaje son las más adecuadas para que el perro crezca y sea equilibrado. Debemos tener en cuenta que los cachorros tienen mucha más actividad y probablemente rompan más cosas en casa, pero es algo habitual que debemos ir corrigiendo.
Adoptar a un perro ya crecido
Los perros que ya no son cachorros pero todavía son jóvenes abundan en las protectoras. Muchos de ellos han tenido un hogar y al crecer los han abandonado, por lo que ya tendrán su carácter y puede que hayan pasado por alguna mala experiencia. Los perros ya crecidos saben lo que es vivir en una protectora y en la gran mayoría de los casos son mascotas que dan muchísimo cariño a aquellos que los adoptan. Es habitual ver cómo su rostro y su carácter cambia de un lado a otro. En las protectoras suelen estar más apagados y cuando llegan a su casa son todo amor. En este caso los perros pueden ya haber aprendido conductas e incluso estar totalmente educados.
Al llegar a casa el perro pasará un periodo de adaptación en el que la familia y él irán conociéndose. El perro estará en un lugar desconocido y es normal que al principio su comportamiento no sea tan abierto, que tenga miedos o se muestre tímido. En estos casos debemos dejarle espacio suficiente para que explore la zona, nunca atosigarlo. Le enseñaremos su espacio y le daremos comida o chucherías para que se relaje. En principio no hay que mostrarle excesiva atención para que él mismo pueda ir explorando todo con su olfato y sintiéndose más seguro.
El aprendizaje de estos perros también debe ser en positivo. Muchos de ellos lo han pasado mal y pueden ser miedosos y tener traumas por lo que nunca se debe utilizar el castigo a la hora de enseñarles. Además, el refuerzo positivo se ha mostrado igual o más eficaz en el aprendizaje. Cuando el perro se haya adaptado debemos ver si conoce las órdenes básicas y si es un perro que hay aprendido a hacer sus necesidades fuera de casa. Hay que trabajar con él desde el primer día pero siempre dándole su espacio.
Adoptar a un perro senior
Los perros más mayores también merecen su oportunidad, por lo que adoptar a uno es algo estupendo, ya que les daremos una vida más tranquila en sus últimos años. Los perros más mayores ya no tienen tanta actividad, y debemos saber si tienen alguna enfermedad. Educarlos ya no es una prioridad, porque suelen conocer las normas básicas de comportamiento, aunque siempre pueden aprender cosas. En general en estos casos debemos centrarnos en aportarles cariño y comodidades, para que el perro pueda disfrutar de su nueva vida. No hay que sacarlos tanto a pasear y suelen adaptarse a casas con personas mayores o niños.
Utiliza los premios
Para educar a cualquier perro adoptado lo primero que debemos conocer es aquello que le interesa, para poder utilizarlo para su aprendizaje. Hay perros que valoran mucho las caricias de su dueño y otros que se decantan por las chucherías. Debemos averiguar qué le gusta realmente y así tendremos la clave para comenzar con el refuerzo positivo.