El caso de la procesionaria del pino es algo que no todo el mundo conoce, pero que puede ser muy peligroso para nuestros perros. Esta época, en la que la primavera está cerca y el invierno comienza a dar sus últimos coletazos, es cuando precisamente aparece esta procesionaria, y debemos tener mucho cuidado con ella, ya que causa graves daños a los perros.
Conocer la procesionaria, cuándo aparece y lo que debemos hacer si le afecta a nuestro perro es fundamental. Una actuación rápida puede incluso salvar la vida del perro, así que es algo que hay que tomarse como una amenaza real para la seguridad de nuestros peludos, y más si cerca de donde vivimos hay pinos.
Las procesionarias son orugas que se reproducen en los pinos. En los árboles veremos como unas bolas blancas que parecen telarañas, y eso quiere decir que tienen la procesionaria. Estas orugas bajan de los árboles una detrás de otra, en procesión, de ahí su nombre. Es en el suelo en donde suelen encontrarlas los perros. Y podemos decir que a día de hoy las hay en todas partes, incluso en parques urbanos, así que mucho cuidado.
Estas procesionarias son muy venenosas, y producen en el perro alergias y unos síntomas que se reproducen rápidamente. El perro, si entra en contacto con la oruga, se rascará o intentará darle a su lengua con la pata porque le dolerá. Si creemos que ha entrado en contacto con ellas hay que llevarlo de inmediato al veterinario para que le inyecte corticoides.
El contacto con estas orugas es muy peligroso. Si no se trata a tiempo puede llevar a la necrosis de la lengua, y en casos han tenido que amputársela a los perros, e incluso en parte de la boca. También puede llevar a la muerte si la infección se extiende e inflama la laringe.