Estos días estamos ante una ola de frío polar en toda Europa, y sin duda son muchas las personas que prefieren quedarse en casa antes que aventurarse al frío de la calle si no hay motivos para ello. Pero lo cierto es que si tenemos un perro tendremos que salir varias veces al día. Este frío no solo nos afecta a nosotros, sino también a nuestros perros, y por eso debemos tener unos cuidados básicos.
Evidentemente, la raza del perro también tiene mucho que ver en si resiste bien al frío o no. Las razas nórdicas están genéticamente preparadas para aguantar las bajas temperaturas, y su pelaje está preparado para ello, por lo que no tendremos que preocuparnos tanto, pero la gran mayoría de los perros pueden no estar tan preparados para un frío tan intenso.
Lo primero que debemos ver es si el perro necesita de un abrigo debido a su pelaje. Si el pelo que tiene no es suficiente para aislarlo del frío, lo de comprarle un abrigo será algo más que estético, y es que lo van a necesitar. Hay abrigos para el frío y para la lluvia, así que tendremos que comprarle uno adecuado y que le sea confortable para poder pasear libremente con él.
Las almohadillas del perro también pueden sufrir con el frío. Lo ideal es que el perro no camine sobre superficies heladas, pues así como a nosotros pueden quemarnos la piel a ellos también les queman las almohadillas y acaban teniendo grietas y heridas. Pasea durante las horas del día con sol, en las que no pisen terreno congelado.
Por otro lado, las vacunas del perro deben estar al día, ya que cabe la posibilidad de que se encuentren con perros que tengan tos o algún otro problema derivado de estas bajas temperaturas.