Cómo enseñar a tu perro a tumbarse: beneficios, pasos y trucos para un tumbado fiable

  • Prepara entorno tranquilo y premios de alto valor para facilitar el aprendizaje.
  • Marca y refuerza cuando el pecho toque el suelo; usa siempre la misma señal.
  • Sesiones cortas y progresión: de señuelo a señal verbal con refuerzo variable.
  • Beneficios: más calma, seguridad y base para órdenes avanzadas.

Perro en el sofá

Aquellos que convivimos con perros debemos de enseñarles una serie de normas básicas de educación para evitar problemas y disgustos. Algunas de ellas son muy fáciles, como la de sentarse, pues al ser un comportamiento natural para ellos, a menudo es suficiente con »capturar» el momento dándole una golosina para perros. Pero hay otra que también es sencilla, y es la de tumbarse.

Al principio puede parecer todo lo contrario, pero ya verás como no es tan complicado. Sigue leyendo para saber cómo enseñar a mi perro a tumbarse. Entrenar con refuerzo positivo refuerza el vínculo, mejora la comunicación y aporta mayor seguridad en el día a día.

El cáncer en perros es una enfermedad peligrosa
Artículo relacionado:
Claves para evitar el aburrimiento en el perro: causas, señales y soluciones efectivas

¿Por qué es importante enseñar la orden de tumbarse?

Enseñar la conducta de tumbarse no es un simple truco: es una habilidad clave que ayuda a tu perro a gestionar mejor la excitación y a estar bajo control en contextos variados. Además, sirve de base para otros ejercicios como “quieto”, “dar la vuelta” o trabajar la relajación.

Ventajas principales:

  • Control en momentos clave: facilita que permanezca tranquilo en el veterinario, con visitas o en lugares públicos.
  • Fomenta la calma: la postura de tumbado promueve relajación y reduce ansiedad o sobreexcitación.
  • Más seguridad: permite gestionar posibles riesgos cerca de tráfico o distracciones intensas.
  • Base para órdenes avanzadas: desde tumbado podrás construir “quieto”, trabajar autocontrol o enseñar conductas encadenadas.
  • Vínculo más fuerte: entrenar juntos mejora la confianza y la cooperación.

Riesgos de no enseñarla:

  • Menos control en situaciones donde se requiere calma inmediata.
  • Mayor estrés o respuestas impulsivas ante entornos nuevos o estimulantes.
  • Dificulta progresar en obediencia general y en órdenes más complejas.
  • Posibles peligros si no puede quedarse quieto y relajado cuando la situación lo exige.

Cómo enseñar a mi perro a tumbarse

¿Qué necesitas antes de empezar?

Prepara un lugar tranquilo y sin distracciones. Un entorno sereno facilita la concentración y evita que el perro se frustre. Si entrenas en casa, deja espacio suficiente para moveros con comodidad.

Ten a mano premios muy sabrosos (en trocitos pequeños) y, si te gusta, un clicker o una palabra marcador como “sí” para señalar el acierto. Los premios deben ser de alto valor para que el perro quiera repetir la conducta.

Define una señal verbal clara (por ejemplo, “échate”, “abajo” o “tumbado”) y, si quieres, una señal de mano asociada. Usa siempre la misma palabra y tono para evitar confusión.

Planifica sesiones cortas (de 3 a 5 minutos) repetidas a lo largo del día. La brevedad mantiene la motivación y evita la fatiga. Finaliza siempre con un acierto para cerrar en positivo.

Entrenamiento de tumbado para perros

Paso a paso: del sentado al tumbado con refuerzo positivo

Lo primero que hay que tener muy en cuenta es que cada perro es único y que, por lo tanto, cada uno de ellos tiene su propio ritmo de aprendizaje. Cuanto antes empieces, mejor, puesto que el cerebro de un cachorro es como una esponja que absorbe todo rápidamente, pero si tu amigo es adulto, también puedes enseñarle a tumbarse. Sólo es cuestión de ir practicando 10 o 15 minutos cada día -en sesiones de cinco minutos- y tener paciencia.

Dicho esto, llamaremos a nuestro amigo y le pediremos que se siente. Si no sabes cómo hacerlo, simplemente tienes que tener en una mano un juguete y en la otra una golosina. La golosina se la tienes que poner delante del hocico, pero sin llegar a dársela. A continuación, levántala unos centímetros por encima de la cabeza del can. Al hacerlo, verás que empieza a sentarse. En este momento, tendrás que decir la palabra »sit» o »sienta» para que la asocie con el movimiento y darle el premio. Hay que repetir muchas veces, pero al final conseguirás que tu perro sepa sentarse siempre que se lo pidas.

Cachorro

Una vez que sepa cómo sentarse, se pasará al siguiente paso: enseñarle a tumbarse. Para ello, dile que se siente y, mostrándole la golosina pero sin dársela, baja la mano hacia el suelo. Al instante el perro se tumbará para intentar cogerla. Cuando veas que está a punto de tumbarse, dile »tumbado», »abajo», »échate» o la palabra que más cómoda te resulte. Es importante que uses siempre la misma y con el mismo tono, para que le sea más fácil entender qué es lo que le pides. Y, por último, dale la golosina.

Para pulir la técnica, conduce el premio desde la nariz hasta el suelo, entre sus patas delanteras, y desliza ligeramente hacia delante. Espera a que el pecho toque el suelo, marca el acierto (con “sí” o clicker) y refuerza con varios trocitos. Este detalle ayuda a que el perro asocie la posición completa con el refuerzo.

Progresión: ve alternando una vez señuelo y otra vez solo señal de mano. Después, di la señal verbal medio segundo antes de mover la mano. Cuando responda sin señuelo, reduce la frecuencia de premios, manteniendo refuerzo variable y elogios.

Repitiendo varias veces a lo largo del día, en menos de lo que crees tu perro se tumbará siempre que se lo digas 

Perro aprendiendo a tumbarse

Consejos, errores frecuentes y cómo avanzar

No fuerces al perro empujando su lomo o tirando de la correa; puede generar rechazo. Mejor guía con la comida y refuerza la calma que quieres ver.

Entrena sobre una superficie cómoda (alfombra o esterilla). Muchos perros dudan en suelos fríos o resbaladizos, y eso ralentiza el aprendizaje.

Cuida el tono de voz y tu postura corporal. Señales claras y consistentes ayudan a que el perro entienda más rápido; evita hablar demasiado durante el ejercicio.

Generaliza en diferentes lugares: empieza en casa, luego añade distracciones ligeras, y sube el nivel gradualmente. También trabaja duración (“quieto” tumbado), distancia y que se tumbe en espacios públicos cuando sea seguro.

Si se bloquea, haz el paso más fácil y refuerza micro-avances: mirar la mano, iniciar el descenso, apoyar codos. Divide la conducta en partes para mantener la motivación.

¿Y si necesito ayuda? Considera consultar con un adiestrador canino que trabaje con refuerzo positivo o seguir cursos guiados. Un profesional puede adaptar el plan si tu perro es muy joven, mayor, sensible o tiene historial de miedos.

Lograr un tumbado fiable aporta control, serenidad y seguridad en el día a día. Con sesiones breves, refuerzos de alto valor y señales coherentes, tu perro entenderá qué esperas de él y podrás usar esta orden en visitas, paseos, viajes al veterinario y entrenamientos más avanzados para una convivencia equilibrada.