Hemos visto muchas veces el juego del frisbee o el disco con el perro. Parece un deporte muy divertido, que además les hace esforzarse con un deporte de alto impacto, por lo que al llegar a casa estarán muy tranquilos y habrán dejado su nerviosismo atrás. Además, es un juego que le aporta beneficios.
Para enseñarle a jugar al disco debemos seguir unas reglas, y seguro que es un deporte que los mantendrá entretenidos. Eso sí, no todos los perros responden a los juegos con pelotas o con discos, si realmente no le interesa, es mejor que decidas hacer deporte de otra manera, caminando o corriendo con ellos.
Hay que tener en cuenta que este deporte supone un impacto en las articulaciones del perro, por lo que este debe estar ya desarrollado, es decir, tener más de un año, para no crearle lesiones que puedan ser permanentes. Además, se debe elegir un terreno con hierba o bien con tierra, que es más suave con las articulaciones, y que sea llano, sin altibajos.
Debemos familiarizarlo con el frisbee, como con la pelota, tirándoselo y haciendo que nos lo devuelva. Al principio no lo cogerán al vuelo, sino que tendrás que tirarle el disco cerca para que lo cojan y aprendan a devolverlo. Así irán cogiendo la dinámica del juego y familiarizándose. Con el tiempo podrás tirárselo más lejos, y además podrán ir cogiéndolo en el aire. Si es un perro al que le gusta jugar con la pelota, el frisbee le encantará.
Por otro lado, este deporte tiene la ventaja de que los cansa mucho. Si son perros muy nerviosos puedes ayudarles a descargar esa energía sobrante que a veces hace que destrocen cosas en casa o tengan comportamientos poco sociables. Verás que su carácter mejor al realizar deporte intenso. Y por otro lado también sirve para que aprendan a obedecer y a volver cuando los llamamos.