¿Por qué a los perros no les gustan los abrazos? Señales, ciencia y alternativas

  • Los abrazos inmovilizan y elevan el estrés canino; observa orejas atrás, lamido de labios y giro de cabeza.
  • Estudios con fotos y vídeos muestran que la mayoría se incomoda y solo una minoría disfruta el abrazo.
  • Demuestra cariño con caricias laterales, juegos, palabras suaves y refuerzo positivo sin invadir su espacio.
  • Si hay rechazo repentino, evalúa salud y trabaja manejo gradual; evita abrazar perros desconocidos.

Hombre abrazando a su perro.

Una de las formas más comunes que tenemos de demostrar cariño a nuestro perro es abrazándolo. Sin embargo, hace tiempo que los expertos afirman que este animal no es un gran amigo de los abrazos, pues les hacen sentirse “aprisionados”, ocasionándoles estrés e incomodidad. Un estudio realizado recientemente por la Universidad de Columbia Británica (Canadá) nos explica el por qué de este rechazo.

Diversos medios de comunicación se han hecho eco de los resultados obtenidos por un estudio llevado a cabo en dicha universidad, publicados en la revista Psychology Today. Un equipo de profesionales dirigido por el profesor y experto en psicología canina Stanley Coren, ha hecho un profundo análisis de 250 fotografías en las que aparecían personas abrazando perros, adquiridas a través de Flickr y Google.

Según estos especialistas, el 82% de los perros de estas fotografías reflejaban algunos gestos que evidenciaban que se sentían molestos, como girar la cabeza, cerrar parcialmente los ojos, enseñar los dientes, echar las orejas hacia atrás, bostezar o levantar las patas. Sin embargo, el 8% de canes parecían sentir felicidad y el 10% se mostraban indiferentes.

Coren nos ofrece un argumento científico que explica todo esto: “Los perros técnicamente son animales que están diseñados para mantenerse en constante movimiento. Eso implica que en situaciones de estrés o amenazas, la primera línea de defensa para ellos no sea usar sus dientes, sino su habilidad de huir. Obviamente, privar a un perro de su única ruta de escape al inmovilizarlo con un abrazo, puede incrementar su nivel de estrés. Si el nivel de ansiedad en un canino es suficiente, incluso puede morder”, indica el experto en psicología canina.

No obstante, tal y como desvela el estudio, no todos los canes sienten el mismo rechazo hacia los abrazos. Para averiguar qué siente nuestro perro respecto a este gesto, tendremos que observar si presenta alguna de las señales de incomodidad mencionadas anteriormente. De ser así, lo mejor será que expresemos nuestro cariño mediante caricias, comida y palabras amables.

Señales claras de estrés cuando un perro es abrazado

Los perros comunican su malestar con microseñales fáciles de pasar por alto. Entre las más habituales están: orejas hacia atrás, girar la cabeza para romper el contacto visual, ojos entrecerrados o el llamado “ojo de media luna”, lamido de labios o nariz, bostezos, levantar una pata, jadeo en ausencia de calor, parpadeo rápido, cuerpo tenso y cola baja o inmóvil. Si el estrés aumenta, pueden aparecer gruñidos o amagos de mordisco.

Cuando un perro cierra los ojos por completo, se lame los labios repetidamente o desvía de forma insistente la mirada, suele estar indicando que el contacto es demasiado intenso y necesita espacio. Son señales de advertencia que conviene respetar antes de que escalen.

Perro y abrazos

Por qué el abrazo puede generar ansiedad en los perros

Los perros son animales cursoriales, diseñados para moverse y correr. Ante una amenaza, su primera estrategia no es morder, sino alejarse. El abrazo inmoviliza el cuello y el tronco, bloquea la vía de escape y puede sentirse como una sujeción. Cuanto más largo y apretado sea, mayor probabilidad de que el perro experimente ansiedad y reaccione para liberarse.

Expertos en comportamiento señalan que, aunque consideremos al perro parte de la familia, no es humano y puede interpretar los dos brazos alrededor del cuello como un gesto intimidante o invasivo. Además, el abrazo limita su visión del entorno y el acceso a señales sociales, lo que incrementa la incertidumbre.

Qué dicen los estudios basados en fotos y en vídeos

El análisis de fotografías citado más arriba mostró que alrededor del 80% de los perros exhibían algún signo de estrés durante el abrazo, mientras que un porcentaje muy minoritario parecía cómodo y otro tanto se mostraba neutral.

Investigaciones posteriores con vídeos (que permiten detectar conductas dinámicas) hallaron patrones aún más reveladores: aproximadamente un 68% evitó el contacto visual y apartó la cabeza, cerca del 44% se lamió los labios o la nariz, en torno al 81% parpadeó de forma visible, un 60% aplanó las orejas y cerca del 43% jadeó. En alrededor de dos tercios de los vídeos se observaron comportamientos dirigidos a morder cuando el abrazo se prolongaba o era muy restrictivo. Estos datos refuerzan que, para la mayoría, el abrazo es estresante.

Perro incómodo con abrazos

¿Todos los perros odian los abrazos?

No exactamente. Hay perros que han habituado el contacto desde cachorros o que, por su personalidad, toleran o incluso disfrutan abrazos breves y suaves. También influyen la socialización, experiencias previas y el contexto. Aun así, los datos muestran que son la minoría.

Si tu perro antes aceptaba el contacto y ahora lo evita, considera posibles molestias físicas (dolor articular, lesiones, sensibilidad táctil). Un cambio repentino amerita consulta con el veterinario. Respecto a las razas, algunas de trabajo o más independientes pueden preferir menos contacto, pero la individualidad pesa más que la genética.

Cómo demostrar cariño sin invadir su espacio

  • Caricias laterales en el pecho, cuello o costado, evitando rodear el cuello.
  • Refuerzo positivo: palabras suaves y premios cuando se acerca por iniciativa propia.
  • Juegos y paseos como formas naturales de vínculo; no todo el afecto es contacto físico.
  • Si decides abrazar, que sea muy breve, de lado, sin presión y permitiendo salida inmediata.

Preguntas frecuentes sobre abrazos y perros

¿Cómo sé si mi perro no quiere un abrazo? Si gira la cabeza, tensa el cuerpo, se lame los labios, bosteza, aplanan las orejas o se aleja, está pidiendo espacio.

¿Puedo “enseñarle” a tolerar el manejo? Sí, con desensibilización y contra-condicionamiento: contactos cortos y suaves, siempre asociados a premios, respetando sus señales.

¿Es peligroso abrazar a un perro desconocido? Sí. Puede percibirlo como intimidación y responder con escape o defensa. Mejor ofrecer la mano relajada, esperar y observar su lenguaje corporal.

Aunque a los humanos nos resulte natural abrazar, para muchos perros es una interacción ambigua que los inmoviliza. Aprender a leer sus señales y ofrecer alternativas de afecto respetuosas mejora su bienestar y fortalece un vínculo más seguro y confiado.