En este artículo explicaremos la razón por la que los perros persiguen motos, vehículos y/o bicicletas, además diremos lo que se debe realizar en cada caso para evitar que esta conducta se extienda y se vuelva peligrosa.
Agresividad por temor
Tratar esta clase de agresividad no resulta fácil porque es necesario trabajar de forma paralela, pautas de manejo y sesiones de cambio de conducta bajo la supervisión de un experto. En este caso, varias pautas a utilizar serían:
- Hacer sesiones de cambio de conducta dentro de un ambiente controlado, con el fin de asociar positivamente la presencia de vehículos, bicicletas y/o motos.
- Usar un arnés seguro junto a una correa en lugares públicos, para impedir cualquier posible accidente y en casos muy graves sería preciso utilizar un bozal.
- Impedir la presencia de aquellos estímulos que generan temor, paseando al perro durante las horas más quietas del día y conservando una distancia prudencial donde el can no reaccione.
- Tratar de no regañar, obligar o castigar al perro en caso de que reaccione negativamente, porque incrementarás su estrés y agravaras la asociación de lo que le genera temor.
- Permitirle huir, de modo que el perro no reaccione negativamente.
Agresividad territorial
La agresividad territorial suele ser habitual en aquellos perros cuyos hogares poseen un jardín mediante el cual y a través de sus sentidos, logran apreciar la presencia o aproximación de distintos estímulos hacia su territorio.
En este caso, normalmente los perros ladran y se abalanzan sobre la puerta, muros, etc., siendo preciso mencionar que en estos casos, los perros ladrarán en señal de alarma, rápida y continuamente y no lo realizarán únicamente frente a la presencia de bicicletas, vehículos o motos, sino además de personas u otros perros.
Igualmente, en este caso se realizarán sesiones de cambio de conducta, donde se trabajará la vocalización y el autocontrol del perro. Bajo la guía de un experto, podrás trabajar la zona de seguridad del perro, es decir, la distancia a la cual no reacciona y en base a ello, comenzarás a trabajar las aproximaciones, ayudando a reforzar las actitudes relajadas y serenas.
Conducta de juego
Resulta esencial no reforzar la persecución, debido a que podría poner en peligro la vida del cachorro en caso de que un vehículo lo alcanzará; igualmente, es preciso utilizar correa al estar en lugares públicos, además de dar paseos dentro de ambientes seguros, alentándole a olfatear y jugar, no solo contigo sino también con otros perros.
Ignorando el comportamiento inapropiado, es decir, la persecución con la finalidad de reforzar de manera positiva la tranquilidad, los paseos serenos y los momentos adecuados de juego.
Agresividad depredadora
La agresividad depredadora suele ser un comportamiento instintivo e innato en los perros y consiste en una de las más difíciles para trabajar. La cual se presente de modo no emocional ante los coches, bicicletas, personas e incluso, otros perros.
Es agresividad depredadora al momento en que el perro lleva a cabo toda una secuencia de caza: exploración, vigilancia, persecución, captura y por último, muerte. En este caso, resulta indispensable utilizar correa y bozal.
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