Cuando observas que tu perro arrastra su cola o ano por el suelo, este comportamiento puede parecer divertido o incluso extraño, pero casi siempre es un indicativo de que algo no anda bien en la salud de tu mascota. Este hábito, conocido como «scooting» en inglés, podría estar relacionado con un problema en las glándulas anales, infecciones, parásitos o incluso alergias. En este artículo, explicaremos a fondo las posibles causas, los riesgos asociados y cómo prevenirlo para garantizar el bienestar de tu mascota.
¿Por qué mi perro arrastra la cola por el suelo?
El acto de arrastrar la cola por el suelo puede derivar de varios factores. A continuación, enumeramos las principales causas:
- Problemas con las glándulas anales: Los perros tienen dos pequeñas glándulas a los lados del ano que producen una sustancia de olor fuerte utilizada para marcar territorio y comunicar información a otros perros. Cuando estas glándulas se llenan excesivamente o se infectan, provocan molestias que llevan al perro a arrastrar el ano en busca de alivio.
- Presencia de parásitos intestinales: Los gusanos intestinales, como las tenias, pueden irritar la zona anal, causando molestias que desencadenan este comportamiento.
- Restos de heces o bolas de pelo: Una higiene deficiente o el exceso de pelo alrededor del ano pueden causar irritación y llevar al animal a frotarse contra el suelo.
- Prolapso rectal o estreñimiento: Este problema ocurre cuando parte del tejido rectal sobresale hacia el exterior, provocando incomodidad.
- Alergias y picaduras: Las alergias alimentarias o las picaduras de insectos pueden generar picazón intensa en la zona anal.
Señales adicionales que indican un problema
Además del «scooting», es importante estar atento a otros síntomas que podrían indicar problemas de salud:
- Lamido excesivo en la zona anal.
- Inflamación, enrojecimiento o humedad alrededor del ano.
- Mal olor persistente proveniente de la zona anal.
- Dificultades al defecar o heces blandas.
Cómo prevenir que tu perro arrastre la cola por el suelo
Prevenir este comportamiento es posible siguiendo las recomendaciones adecuadas, que incluyen:
- Atención veterinaria regular: Los chequeos periódicos permiten la detección temprana de cualquier problema relacionado con las glándulas anales, parásitos o alergias.
- Desparasitación interna: Proporcionar a tu mascota pastillas antiparasitarias cada tres meses es fundamental para mantenerla protegida de gusanos y otros parásitos intestinales.
- Mantener una dieta rica en fibra: Una alimentación adecuada ayuda a regular el tránsito intestinal, promoviendo la expulsión natural del contenido de las glándulas anales durante la defecación.
- Higiene adecuada: Mantén limpia la zona anal del perro, recortando el pelo alrededor del área cuando sea necesario y utilizando toallitas húmedas diseñadas específicamente para ellos.
Soluciones prácticas para los problemas de glándulas anales
Si tu perro muestra este comportamiento de manera recurrente, podría ser necesario realizar un vaciado manual de las glándulas anales. Este procedimiento suele ser llevado a cabo por veterinarios o personal especializado en peluquerías caninas. En algunos casos, podrían recomendarte aprender a hacerlo en casa si el problema persiste.
Para aliviar molestias causadas por irritaciones o infecciones en la zona perianal, podrían ser necesarias pomadas antiinflamatorias, antibióticos o productos específicos recomendados por el veterinario. Siempre consulta con un profesional antes de aplicar cualquier tratamiento.
Además, si el problema persiste o empeora, podría ser necesaria una intervención quirúrgica para extirpar las glándulas anales en casos graves de infección o impactación crónica.
Este comportamiento, lejos de ser inofensivo, puede ser una señal de alerta que indica que tu perro necesita atención médica. Mantener una observación constante y cuidar de su higiene y dieta son maneras efectivas de garantizar su bienestar. Nunca ignores estos síntomas, pues un tratamiento a tiempo puede marcar la diferencia para prevenir complicaciones mayores.