¿Porqué gruñe mi perro?

De acuerdo a investigaciones realizadas, el gruñido es una alerta de que algo alrededor del perro no está bien o no es de su agrado, por lo tanto, es importante prestar atención para saber si necesita alguna corrección a posteriori.

Los perros son animales territoriales, si bien pueden ser educados y tolerantes con las personas y animales que suelen estar a su alrededor, cualquier situación fuera de lo común puede ocasionar que se incomode y gruña, por ejemplo, hay algunos perros que no les gusta que se acerquen a su comida, cuando intentamos curarlos y tienen dolor, si le vas a quitar un juguete que esté utilizando, con la presencia de alguna persona o animal extraño.

Conozcamos las razones por las que un perro gruñe

Cuando nuestra mascota gruñe, cobra importancia el hecho de que le conozcamos porque así le vamos a poder ayudar a salir de la situación que le está generando molestia y tensión.  En pocas palabras, un perro gruñe en señal de advertencia de que algo está fuera de lugar y le molesta, lo que no necesariamente implica que es agresivo.

En primer lugar, no reprimir el gruñido del perro ya que como explicamos antes es una alerta al que hay que prestar atención. Lo peligroso de inhibir el gruñido del perro es que pase por alto la advertencia y vaya directo a la acción de morder.

Ahora bien, si se trata de que el perro gruñe a su amo en son de desafío a su autoridad, es importante un regaño enérgico y posicionarse como líder ante el can.

Si por el contrario, determinamos que algo molesta al perro debemos identificarlo para aplicar el correctivo donde sea necesario. Pero ¿qué cosas podrían estar perturbando a nuestra mascota? El hecho de que se acerquen a su comida mientras se alimenta, la madre se torna irritante y sobre protectora si está con sus cachorros, mientras usa sus juguetes, cuando perciben una amenaza de parte de una persona extraña, cuando es insistentemente molestado y siente que invaden su espacio.

Qué hacer si nuestro perro gruñe

Desde temprana edad hay que enseñar a nuestro perro cuál es su lugar en casa, el corregirlo cuando hace algo que no está bien, manipular su comida mientras come, tocar sus juguetes mientras los utiliza, manipular su cama, hablarle en tono muy fuerte, darle ordenes utilizando monosílabos como, “no”, “quieto”, “suelta” y acompañarlo de una postura firme, todo ello el perro lo asimila como señal de autoridad.

Bajo ningún concepto debemos ser violentos con nuestros perros, mucho menos si están alterados, los expertos señalan que en momentos en los que nuestra mascota se sale de control, debemos realizar algún sonido fuerte como una campana, acompañada de alguna palabra para calmarlo el aplicarlo siempre que sea necesario funciona. En momentos de juegos, nuestras mascotas tienden a gruñir y es importante establecer que bajo ningún concepto puede volverse una agresión, corregirlo en el momento y continuar compartiendo y jugando es lo que se recomienda.

Como los amos, es menester que conozcamos los sonidos que emiten nuestros perros y su lenguaje corporal, bien para poder tranquilizar a terceros que por desconocimiento mal interpreten un ladrido o un gesto amistoso del animal por uno de agresividad o para detener o corregir comportamientos inadecuados de éste, el mantener ambas partes relajadas va a permitir una interacción correcta, no debemos olvidar que los perros perciben las posturas de miedo y debilidad y por su instinto se aprovechan de ello para imponerse.

El conocer los comportamientos propios de una raza en particular, contribuye a que le procuremos el entrenamiento adecuado y nos ayuda a anticipar cualquier comportamiento fuera de lugar que ponga en riesgo su interacción con otras personas y animales.

Por fortuna, es fácil conseguir escuelas de adiestramiento especializadas, personas expertas en entrenamiento canino que se trasladan hasta nuestros hogares, también tenemos a mano textos, programas de TV e información en Internet, para conseguir información y apoyo sobre el tema.