El Cirneco del Etna, también llamado Galgo Siciliano, es una raza poco conocida en España. Originario de Sicilia, este can destaca por su gran parecido a los antiguos perros faraones egipcios. De tamaño mediano, cuello largo y orejas grandes y erguidas, es muy dinámico y se mantiene continuamente alerta. Te contamos más en este artículo.
Se trata de una de las razas caninas más antiguas que podemos encontrar hoy en día. Se cree que desciende de los antiguos perros egipcios, al igual que el Podenco Ibicenco, y es que existen determinadas evidencias sobre ello. Por ejemplo, vemos reflejado a este animal en monedas romanas que datan del siglo V a.C., y su nombre hace referencia a la desaparecida ciudad griega de Cirene (actualmente Libia), donde Aristóteles explicó haber visto ejemplares similares.
Según los expertos, probablemente fueron los comerciantes fenicios quienes llevaron la raza a Italia hace más de 3.000 años. En esta isla se desarrolló de forma natural, sin ningún tipo de manipulación genética, y pronto comenzó a valorarse por los habitantes gracias a sus aptitudes para la guardia y la caza. De hecho, presenta una impresionante resistencia al calor y una gran fortaleza física.
El Cirneco del Etna es ágil, activo y fuerte, independiente y silencioso. Es algo testarudo, por lo que a veces puede resultar algo difícil de adiestrar, pero también es muy inteligente. Le encanta el ejercicio al aire libre, que necesita realizar a diario para equilibrar su desbordante energía. Se muestra cariñoso y protector con los suyos, siendo ideal para convivir con niños. Además, suele ser sociable con otros animales.
Respecto a su salud y cuidados, no se conocen enfermedades congénitas asociadas a la raza. Sin embargo, conviene revisar frecuentemente el estado de sus ojos y orejas, con el fin de evitar infecciones. También es necesario cepillarlo regularmente para retirar el pelo muerto y prevenir con ello problemas en la piel.