Las dos clases que más han conquistado han sido los gatos y los perros, estas dos clases han sido veneradas como increíbles dioses en su momento, los gatos por la parte egipcia y se dice también que el perro debería ser venerado de la misma manera, puesto que se ha comprobado que este es el mejor amigo del hombre y que incluso puede llegar a proteger más que un felino en situaciones de peligro, pero ya dejando atrás el debate sobre cuál especie es mejor, vamos a centrarnos en que la gran mayoría de las personas poseen un perro, con el cual, el paso del tiempo se ha presentado como una disyuntiva al respecto de si es bueno o no darle huesos a nuestros amigos caninos.
Resulta y se demuestra de manera directa que todos estos mitos son 97% falsos, así que vayamos al grano con la primera pregunta, la más importante y la más destacada de todas que es la que nos lleva a los demás sub-preguntas, ¿es bueno darle huesos a nuestros perros?, la respuesta es “Sí”, a partir de ahora puedes alimentar a tu perro preferido con huesos, pero como mencioné anteriormente, esto nos lleva a parámetros específicos que debemos saber para aplicar este alimento en la dieta de nuestros perros.
¿Qué tipo de huesos son los que debo dar a mi perro?
Para comenzar, sabemos que solamente hay dos tipos de huesos, los crudos y los cocidos y es que no hay más énfasis en la especificación de los mismos y la realidad de esto, es que es completamente dañino dar huesos cocidos a nuestros perros, puesto que el motivo por el cual son tan peligrosos es porque al tener las partes muy blandas se deshacen con facilidad a trozos pequeños, los cuales pueden quedar astillados con un filo potente pudiendo producir una perforación y otros tipos de heridas en el aparato digestivo del can, así como asfixia.
Además, al cocinarlos quedan mucho más difíciles de digerir para el sistema digestivo de los perros.
Por otra parte los huesos crudos y carnosos, claramente sí son más fáciles de digerir por nuestros amigos caninos, puesto que ellos tienen la capacidad gracias a su dentadura de triturarlos con facilidad logrando así que su organismo pueda aprovechar al máximo sus beneficios, además todos los perros pueden comerlo, pero claramente hay que darle una proporción al can que concuerde con su tamaño, además si los huesos son carnosos mucho mejor.
Los mismos les brindan a nuestros pequeños amigos los siguientes beneficios; refuerzan intensamente el sistema inmunológico, sistema óseo, le ayudan a reducir las alergias, también sirven para mantener una adecuada higiene de la boca del canino, evitando así caries y otras enfermedades como la acumulación de sarro y la enfermedad periodontal y finalmente les ayudan a combatir el estrés y la energía acumulada, evitando problemas como la ansiedad.
Sé el primero en comentar