Malos hábitos de perros y cómo solucionarlos

Los perros pueden adquirir malos hábitos como la agresividad o la ansiedad por separación.

No cabe duda de que los perros son animales adorables y suponen la mejor compañía para el hombre. Tener un can como mascota nos aporta innumerables beneficios, pero también conlleva ciertas desventajas. Y es que a veces adoptan conductas negativas que condicionan fuertemente nuestro día a día. Hablamos sobre los malos hábitos más comunes y sus posibles soluciones.

Ignoran nuestras órdenes

Mientras algunos perros acuden inmediatamente a nuestras llamadas y obedecen nuestras órdenes, otros las ignoran completamente. La gran diferencia entre estos dos grupos es que los primeros han sido adiestrados correctamente y los segundos, no.

En principio puede parecernos que el hecho de que el animal no atienda a nuestras indicaciones no tiene importancia, pero lo cierto es que en determinadas situaciones puede ser un problema. Por ejemplo, si quisiéramos que el perro soltara algo que tuviera en la boca y que pudiera hacerle daño.

La solución en este caso es sencilla, pero requiere tiempo y paciencia. La repetición y el refuerzo positivo son las grandes claves para hacer que el peludo aprenda a obedecernos. Nunca hay que gritarle y, por supuesto, el castigo físico no es una opción.

Ladrar cuando llaman a la puerta

El perro es un animal protector y territorial por naturaleza, por lo que ladrar cuando alguien llama a la puerta es su manera de defender el hogar. Es, por tanto, una conducta común, y difícil de corregir.

Es imposible hacer que el perro nunca ladre cuando advierte la presencia de alguien tras la puerta, pero sí se pueden reducir estos molestos ladridos. Para ello, nada mejor que ‘practicar’. Podemos pedir a algún amigo o familiar que llame a la puerta y, cuando el animal empiece a ladrar, calmarle con una orden firme pero tranquila. Una vez se calle, le premiaremos con comida y caricias.

Destruir objetos es común en los perros con problemas de comportamiento.

Llorar para pedir comida

No importa cuánto hayan comido; hay perros que nunca se sacian. Por ello muchas veces se dedican a llorar insistentemente mientras estamos a la mesa. Es una costumbre muy molesta que, afortunadamente, se puede eliminar.

En primer lugar, es fundamental que jamás demos comida al animal desde la mesa. De lo contrario, estaremos incentivando esta conducta. Para acabar con ella tendremos que ignorar sus quejidos. Si aún así sigue insistiendo, sería conveniente sacar al perro del comedor mientras terminamos de comer. Con el paso de los días, dejará de pedir.

Ansiedad por separación

Es uno de los problemas de conducta más graves y, sin embargo, muy frecuente. Los perros son animales sociables que odian quedarse solos, y por ello, muchos de ellos lloran desesperados cuando los dejamos solos en casa. Esto condiciona notablemente nuestra vida, ya que no podemos abandonar nuestras obligaciones.

Lo mejor para acostumbrar al animal a quedarse solo es ir poco a poco. Primero, ausentarse durante 5 o 10 minutos, para después ir aumentando el tiempo progresivamente. Así nuestra mascota asimilará que tarde o temprano volveremos con ella.

Hiperactividad

Este problema implica otros muchos. Sin embargo, no hay que confundir la hiperactividad con el nerviosismo. Por lo general, los perros son muy activos, pero esto no tiene por qué suponer ningún inconveniente. El problema surge cuando el animal adquiere conductas obsesivas y/o destructivas.

Para tratar la hiperactividad, el primer paso es proporcionar al animal el ejercicio físico que necesita. Los paseos diarios son esenciales, así como los juegos. Un perro hiperactivo también necesita un ambiente tranquilo y huir del estrés. No obstante, a veces es necesario recurrir a un adiestrador profesional.

Los malos hábitos en el perro pueden tener su origen en diversas causas.

Agresividad

La agresividad puede tener su origen en varias causas: miedo, nerviosismo, traumas… Ya sea contra las personas o contra otros animales, es uno de los problemas más graves a los que nos podemos enfrentar. Existen algunas pautas para ayudarnos para acabar con esta agresividad, pero lo más recomendable es contratar los servicios de un educador.

Hacer sus necesidades en casa

Es algo muy común, sobre todo en los cachorros. Además, no pueden salir a la calle hasta tener todas las vacunas, aproximadamente a las 12 semanas. Pero en algunos casos mantienen este hábito tan molesto cuando se hacen adultos. Para enseñar al animal a hacer sus necesidades en la calle, tendremos que ofrecerle largos paseos y premiarle cada vez que las haga fuera. A veces es un proceso muy lento, por lo que tendremos que derrochar mucha paciencia.

Tirar de la correa

Es un problema muy frecuente. Los perros deben pasear con su correa para evitar peligros y accidentes, pero adoran la libertad. Por ello suelen pegar tirones para moverse a su antojo y ‘escapar’ de sus ataduras. Esto puede acarrear daños físicos, especialmente si el animal sufre problemas respiratorios.

Uno de los trucos más eficaces para evitar que el can tire de la correa es sustituir el arnés por un collar tradicional, así como descartar la correa extensible. Además, debemos acostumbrarle a caminar junto a nosotros en lugar de dejar que nos adelante durante el paseo.

Destruir objetos

Los comportamientos destructivos suelen esconder problemas de mayor profundidad y pueden estar originados por muchas causas: dolor de dientes en los cachorros, falta de ejercicio, ansiedad por separación, etc. El primer paso para acabar con ellos es determinar su origen. En muchos casos, para ello necesitaremos la ayuda de un adiestrador.


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