Abrazar a nuestro perro puede ser una de las experiencias más agradables que vivamos en el día a día. Sin embargo, la perspectiva es muy diferente desde el punto de vista del animal. Y es que según un estudio realizado por la Universidad de Columbia Británica (Canadá) el año pasado, los canes se sienten incómodos ante estas muestras de afecto.
Dicha investigación fue realizado por el equipo del psicólogo Stanley Coren, y publicado por la revista Psychology Today en abril de 2016. Durante el proceso, los expertos tomaron fotografías de unos 250 perros en el justo momento en que eran abrazados por sus dueños. Tras examinar las imágenes, determinaron que el 81,6% de los canes mostraban señas de estrés, ansiedad, miedo o nerviosismo durante el abrazo. Por su parte, un 7,6% parecía sentirse a gusto y el 10% restante mantenía una expresión neutral.
El propio Coren relaciona este hecho con el instinto de supervivencia del animal, pues tal y como explica, “los perros son técnicamente animales cursoriales, un término que indica que están diseñados para un funcionamiento rápido. Eso implica que en momentos de estrés o amenaza la primera línea de defensa que utilizan no son sus dientes, sino su habilidad para correr lejos”. En conclusión, el animal se siente aprisionado cuando le abrazamos, y sabe que en caso de peligro, le será difícil escapar. Esto le genera una fuerte ansiedad.
Podemos comprobar si el perro se siente incómodo analizando su lenguaje corporal. Por ejemplo, de ser así evitará el contacto visual, moverá las patas, agachará las orejas, bostezará o lamerá nuestra cara. También es probable que tiemble o se retuerza.
En cualquier caso, esto no quiere decir que todos los perros reaccionen de la misma manera ante un abrazo. Como sabemos, estos animales poseen un carácter propio e independiente bien diferenciado respecto a otros ejemplares, por lo que puede que, mientras algunos odian este gesto, otros lo consideren agradable y reconfortante.