Si has visto a un perro llorar o lagrimear no estás perdiendo la razón. Muchos de nosotros nos hemos preguntado muchas veces si lo que nuestros sentidos perciben es cierto o tan sólo una ilusión, ¿son lágrimas aquello que emana de los ojos de mi compañero perruno o me estoy volviendo loco?
Antes de comenzar queremos dejarte tranquilo ya que tu salud mental está intacta. No eres la primera ni la única (ni la última) persona en el mundo que pudo apreciar ese fenómeno tan extraño. Pero ¿qué entiendes tú por llorar?, ¿llora igual un perro que un humano?, ¿llamarías a ambos “llantos”?, ¿o tu perro más bien lagrimea?
Llorar o no llorar, esa es la cuestión
Según la Real Academia Española (RAE) llorar es “derramar lágrimas” por lo que en sentido estricto, los perros lloran, es decir, de sus ojos sale una sustancia líquida. Sin embargo, ¿es esa definición tan técnica y neutral la que pasa por tu cabeza cuando te sorprendes la primera vez que ves las lágrimas de tu perro rodar por su hocico?
Probablemente no. La mayoría de las veces sentimos que nuestro perro es especial, es más sensible e inteligente que el resto de los ejemplares de su especie porque ha logrado llorar. Pero en este y en muchos otros casos no es conveniente antropomorfizar, es decir, otorgar características o atributos humanos a otro tipo de seres.
Lo cierto es que la inteligencia y la sensibilidad no se miden necesariamente por su forma de expresarse. Los perros efectivamente tienen intuición, empatía y son afectivos, pero no lloran para demostrar emoción, alegría o tristeza. Ponen en juego estas habilidades y demuestran sus estados de ánimo a través de otras manifestaciones, como por ejemplo, ladrar.
Existen estudios que demuestran que un perro prefiere acercarse a una persona que está llorando (para reconfortarla con una postura sumisa) que ante alguien que muestra signos de buen humor. Si ellos saben cómo nos sentimos ¿cómo podemos nosotros saber lo mismo de ellos?, ¿cómo saber de qué manera se expresan?
Si decimos que no es a través del llanto, ¿cómo sabemos cuándo nuestra mascota está triste? Es importante saberlo para poder ayudarla. Por eso es necesario que nos preguntemos ¿cuándo un perro está demostrando sus emociones? Aquí presentamos distintos situaciones en las que un perro quiere que sepamos cómo se siente y/o nos solicita una respuesta determinada.
¿Cómo saber que nuestro perro está triste?
Cuando ladra
Hay que tener en cuenta el tipo de ladrido. Si es corto y seco puede ser sinónimo de miedo y desconfianza, pero en cambio si este es descontrolado y continuo puede indicar que está muy contento.
Cuando aúlla
Es una muestra desgarradora de dolor o tristeza profunda e incluso también es una forma de demostrar el sufrimiento que le produce la soledad. Sin embargo, todo lo opuesto también es posible, ya que hay tanta variedad de expresiones como perros hay en el mundo. En este sentido, un perro puede ladrar cuando está inmensamente feliz. Puede afirmarse, entonces, que, en ambos polos del espectro afectivo, el aullido sirve al animal para expresas sus más intensas emociones.
Cuando mueve la cola
Mover la cola y en el caso de los perros puede tener distintos significados. Si la mueve ligeramente está ansioso y si por el contrario la mueve mucho está contento o entusiasmado. También puede denotar sus ganas de ir de paseo o de jugar. Si menea su rabo mirando con ansias la correa ¡Pues ya no tienes dudas! ¡Saca al peludo a pasear de una vez por todas!
Cuando no come y está acostado la mayor parte del día
Esa es su manera de decir sin palabras que está triste. El perro es un animal sumamente perceptivo, así que en este sentido es comparable con los niños pequeños. Muchas veces el entorno del perro no es agradable, él lo percibe y lo absorbe como una esponja, decayendo así su ánimo.
Cuando hace otros sonidos similares al llanto como “quejidos”
El perro está queriendo demostrar sus deseos de comer, beber o que le presten atención. Esta forma de comunicación entre los canes y sus dueños se aprende y se reedita a partir de la forma en que los cachorros interactúan con su madre. Sin embargo, los perros tardan en darse cuenta de que el quejido suele traer aparejada la posibilidad de conseguir su cometido.
En los perros adultos los quejidos pueden ser parte de un declive cognitivo, asociado a trastornos como la demencia, desorientación y ansiedad. La ansiedad por separación también provoca en ellos quejidos.
¿Por qué lagrimean los perros?
Función de protección
Para defenderse de distintos elementos externos intrusivos (polvo, tierra o pelusas, entre otros).
Función de lubricación
Las lágrimas mantienen el ojo con la humedad interna necesaria.
Enfermedades
Cuando el lagrimeo viene acompañado de inflamación y aspecto rojizo en la zona de los ojos, suele significar que el perro está atravesando una alergia (reacción de defensa natural ante aquello que no tolera) o una infección ocular. Para darte cuenta si tu perro puede tener conjuntivitis se debe prestar atención, así que se aconseja consultar al veterinario.
Lagrimales obstruidos
Se puede solucionar con una pequeña intervención quirúrgica pero no es demasiado recomendable porque puede volver rápidamente a s punto inicial.
Raza
La cantidad de lagrimeo de un perro puede variar según su raza. Quienes tengan ojos más grandes necesitarán más lubricación y derramarán más lágrimas, al igual que quienes tengan mucho pelo cerca del ojo, considerado un agente externo que los molesta y del cual deben protegerse.
Otras posibles razones
Tumores oculares, heridas en el globo ocular, golpes o problemas en los párpados. Demostrar sentimientos no es sinónimo de llorar ni viceversa. Ambas acciones corren por vías distintas en el caso de los animales (los humanos, en cambio, no solemos llorar “vacíos” de emociones, salvo por la alguna afección física en particular, como por ejemplo una alergia o conjuntivitis).
Está comprobado científicamente que los perros no lloran pero no que no sientan. A veces y para expresarse no es necesario llorar ni hablar, basta tan sólo una mirada, un ladrido o un comportamiento esquivo para saber que no todo anda bien.
Como dueños responsables que debemos ser, es nuestra obligación estar atentos a éstos signos, ya que ellos nos comunicaran el estado anímico de nuestra mascota, tanto o más importante que su estado físico.